¿Son ilegales los memes?

Parte 1:

Cuando tomamos imágenes o escenas de películas, programas de televisión, noticieros, partidos de fútbol y un largo etcétera, para después modificarlas y hacer un meme, lo que estamos haciendo es utilizar sin permiso el trabajo de alguien más y, en consecuencia, violando los derechos diversas personas, tales como autores, productores de videogramas y organismos de radiodifusión, por mencionar algunos.

“Supongo que tendrás la licencia para compartir esta imagen ¿Verdad, Adrián?“
-Cállate, niño.

Lo mismo ocurre cuando tomamos las fotos o videos de una persona y les hacemos cambios pues no podemos usar la imagen de una persona sin contar con su autorización.

Como verás, puede ser que invadas tanto derechos de autor, conexos, de imagen y, en algunos casos, hasta marcarios, pues también son comunes los memes que incorporan logotipos para burlarse o hacer referencia a alguna marca.

Las consecuencias de esto pueden ser demandas o, más comúnmente, que se remueva el contenido por petición de la parte afectada, haciendo uso del mecanismo de Notice and Takedown de la DMCA (Digital Millenium Copyright Act) que rige a la mayoría de las plataformas populares de internet y que, recientemente, se ha adoptado en México a través de las últimas reformas a la Ley federal del derecho de autor.

El Notice and Takedown, a grandes rasgos, consiste en solicitarle al host que remueva el contenido por violar tus derechos, sin necesidad de iniciar ninguna acción legal y, aunque se acaba de implementar en nuestro país, ya nos regía en la mayoría de los sitios de internet que usamos pero de esto hablaremos en otra ocasión.

Quizá te preguntes por qué entonces nunca te ha pasado nada a ti o a alguien que conozcas cuando comparten memes y esto se debe, en mayor medida, a que los titulares de derechos de propiedad intelectual quizá pierden menos tolerando estas conductas de lo que perderían demandando a todas las personas o exigiendo a todas las plataformas que retiren el contenido violatorio. Es decir, además de los costos administrativos que esto tendría, su imagen de perseguidores probablemente generaría una fuerte antipatía en la mayoría de la gente (pensar en Metallica vs Napster) y lo más importante: seguramente no han considerado que se afecten gravemente a sus intereses económicos.

Con las personas famosas viralizadas ocurre algo similar mientras que con los particulares tal vez la inacción se deba en gran parte a que desconocen sus derechos y a lo complicado que puede ser iniciar litigios en estos casos, no sólo por la dificultad de ubicar el origen del contenido viralizado, sino también la de explicar la situación ante juzgados que en la actualidad poco conocen del tema.

Las reacciones y consecuencias de los memes han sido muy distintas y hasta opuestas.

Un caso interesante fue lo que hicieron los creadores de Bob Esponja que, al descubrir que varias imágenes de su programa se habían vuelto meme, crearon figuras de acción basadas en éstos y así el trabajo de publicidad de dichos juguetes ya estaba bastante adelantado pues habrá gente que los comprará no sólo por tratarse de la caricatura sino también por reconocerlos debido a su difusión constante en internet.

Pensemos también en Edgar a quien el video de su caída lo llevó a hacer un comercial de galletas o en Ninel Conde que compiló los chistes que se hicieron sobre ella y aprovechó para vender un libro. Hay también múltiples ejemplos de personajes que se hicieron virales en internet y terminaron en la televisión, haciendo anuncios para marcas o intentando ampliar su momentum abriendo canales de Youtube u otras redes sociales.

Pero no todos son casos felices. A veces la viralización termina transformándose en una humillación constante y quizá perpetua. Recordemos el caso del Star Wars Kid, un chico de 15 años que, a principios de este siglo, se grabó a sí mismo jugando con un palo como si fuera sable láser y el video fue compartido por su amigos, generándole años de burlas a nivel mundial y una importante depresión; hoy en día se dedica a ayudar a personas afectadas por situaciones similares a la que él sufrió.

Y es que todas estas personas comunes que se transforman en chiste, son seres reales y muy seguramente son reconocidos en la calle y tratados como si fuesen simples personajes de comedia. ¿Qué implicaciones podría tener esta situación en su vida?

También hay personas famosas que se han visto afectadas. Chabelo, por ejemplo, ya ha manifestado que le molestan los memes sobre su supuesta inmortalidad.

La conclusión es simple y es que en todos estos casos, los memes violan derechos. Ya sean de autor, conexos, de imagen, intimidad u honor.

La actitud pasiva o, en algunos casos positiva, que tomaron las personas o marcas afectadas no significa que sus derechos no hayan sido violentados sino únicamente que no les molestó y que por lo tanto no quisieron hacer nada al respecto, o bien, qué no supieron cómo defenderse.

¿Te vas a meter en problemas por hacer y compartir memes sin fines distintos al entretenimiento? Honestamente, al menos hasta hoy, lo más probable es que no. Se trata de una práctica tan común que, salvo algunas excepciones en las que se trate de una humillación o ataque muy fuerte, difícilmente dará origen a un conflicto y tu mayor riesgo quizá sea que remuevan el contenido de la plataforma.

Culminaremos diciendo que se trata de una decisión en la que, sabiendo su ilegalidad, decidimos hacerlo y correr los riesgos (como hice yo con la imagen de este artículo) pero principalmente, nos corresponde decidir cuáles son los límites o en qué casos se trata de un exceso y es ahí donde radica el problema: en la discrecionalidad y diversidad de escrúpulos de toda las personas que hacemos y compartimos memes.

¿Qué piensas tú al repecto?

Hoy sólo abordamos el tema de los memes sin fines de lucro pero en la siguiente parte de este artículo, hablaremos de qué pasa cuando quieres aprovecharte de un meme para incorporarlo a la publicidad de tu marca, ya que en esos caso, la situación cambia significativamente.

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